NO QUISO ENTRAR

Foto: Lionel Messi

El seleccionado Argentino empato sin goles en la Bombonera frente a Perú y se complica la clasificación al Mundial de Rusia 2018. Ahora obligados a ganarle a Ecuador en Quito.

Se jugó, se intento, pero no se pudo frente a un seleccionado peruano que se defendió durante casi todo el encuentro. La Selección Argentina tuvo muchas situaciones de gol pero sin embargo no pudo ganarle a Perú, se intento en cada jugada individual, en cada ataque colectivo del equipo, pero otra vez la falta de gol, otra vez la pelota no quiso entrar. Este empate nos duele a todos, se intento por todos lados, ni Messi ni Benedetto ni la presión de la Bombonera ni nadie fue capas de derrotar al portero Pedro Gallese quien fue la gran figura de Perú evitando varias veces la caída de su valla.

El conjunto de Sampaoli tuvo la pelota durante casi todo el encuentro e intento llevárselo por delante a un Perú que fue muy solido y fuerte defensivamente. Un Messi que estuvo enchufado durante casi todo el encuentro arrancando desde mitad de cancha hacia delante y que tuvo el primer aviso con un remate de zurda que luego se fue desviada por la defensa peruana, un Huevo Acuña en una posición sorpresiva jugando como lateral por la izquierda desbordando y asociándose junto al Papu Gomez que fue desequilibrante, un Ángel Di María abierto por la banda derecha que parecía una opción interesante pero que no fue efectiva. El Pipa Benedetto estuvo participativo en el juego y tuvo una situación clara con un cabezazo que se fue por arriba del travesaño en el final de la primera parte. Mascherano fue el que realizaba la salida desde abajo. La sociedad que Sampaoli pretendía de Éver Banega con el equipo no se vio en ningún momento de los 90 minutos. Nicolás Otamendi protagonizó un duelo picante frente a un duro delantero como lo es Paolo Guerrero, quien recibía de espaldas e intentaba aguantar la pelota para descargar con un compañero. A lo duro que era aguantar un delantero como Guerrero se le sumaba la potencia de Jefferson Farfán, quien tuvo una chance muy clara frente al arco de Chiquito Romero.

En el comienzo del segundo tiempo Di María salió reemplazado por Emiliano Rigoni por la poca participación que tenía por la banda derecha. Messi tuvo un derechazo en el palo luego de un remate de Benedetto que fue tapado por Gallese, y luego Lucas Biglia tuvo un remate desde lejos que fue desviado al saque de esquina por el portero de Perú. Rigoni tuvo una chance clarísima que fue desviada por la defensa de Perú luego de una gran jugada individual del diez argentino. Fernando Gago había ingresado, debió dejar la cancha luego de torcerse por dar un pase. El jugador Xeneixe quiso seguir jugando pero el cuerpo técnico decidió sacarlo y en su reemplazo ingresó Enzo Pérez. Argentina tuvo otras chances pero que no pudieron concretarse. La última jugada fue para el Seleccionado de Ricardo Gareca en el final del partido, un tiro libre de Guerrero que fue tapado por Romero.

Ya no queda otra que jugarse el todo por el todo el próximo martes frente a Ecuador en Quito. Lo importante es que seguimos dependiendo de nosotros mismos gracias a otros resultados que se dieron a favor.

ALINEACIONES:

ARGENTINA: Sergio Romero; Gabriel Mercado, Nicolás Otamendi, Javier Mascherano, Marcos Acuña; Lucas Biglia, Ever Banega; Ángel Di María, Lionel Messi, Alejandro Gomez; Darío Benedetto. DT: Jorge Sampaoli.

PERÚ: Pedro Gallese; Aldo Corzo, Miguel Araujo, Alberto Rodríguez, Miguel Trauco; Sergio Peña, Renato Tapia, Yoshimar Yotún; Jefferson Farfán, Paolo Guerrero, Edison Flores. DT: Ricardo Gareca.

AMONESTADOS:

ARGENTINA: Lucas Biglia, Marcos Acuña.

PERÚ: Renato Tapia, Paolo Guerrero, Jefferson Farfán.

CAMBIOS:

ARGENTINA: Emiliano Rigoni por Ángel Di María (46'), Fernando Gago por Éver Banega (60'), Enzo Pérez por Fernando Gago (66').

PERÚ: Wilder Cartagena por Sergio Peña (53'), Andy Polo por Jefferson Farfán (70'), Pedro Aquino por Renato Tapia (78').

ÁRBITRO:

Wilton Sampaio.


                                                                                                                            Por: Agustín Reano