Un 2 de octubre de 1924 el argentino Cesáreo Onzari
convirtió un gol directamente de un córner e inmortalizó el denominado
"gol olímpico" en un clásico rioplatense entre Argentina y Uruguay.
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| Imágenes del gol olímpico anotado por Cesáreo Onzari |
El extremo izquierdo de Huracán se preparaba para ejecutar
el tiro de esquina, al impactar el balón la pelota tomó un fuerte efecto e
ingresó al arco sin rozar en ningún compañero ni rival, una nueva página dorada
se escribía en el fútbol. Los futbolistas uruguayos quedaron mudos, atónitos
ante este hecho al igual que el público que asistió al acontecimiento deportivo.
En un principio se lo denominó "gol a los olímpicos" pero con el
tiempo se acortó y pasó a ser "gol olímpico". Finalmente Argentina logró vencer por 2 a 1 a los
últimos medallistas de Oro.
Otro dato
curiosos es que Días antes, se había
aceptado internacionalmente que era válido el gol directo de tiro de esquina
sin que nadie tocara la pelota. El réferi uruguayo Ricardo Vallarino, que
dirigió el encuentro, puso aquí en vigencia la modificación mencionada y
convalidó el primer ‘gol olímpico’ directo.
Onzari sin
saberlo selló un gol soñado, claro en este deporte donde la redonda es la
estrella a dominar, no hay jugada más difícil de convertir que un gol olímpico.
Es casi utópico, sucede de forma inusual y cada
anotación se recuerdan por largo tiempo. Los hechos demuestran que es una tarea
muy ardua. Tal es
así que en los mundiales ocurrió en una sola ocasión y fue obra de otro
sudamericano, el colombiano Marcos
Coll. Ese primer y único gol olímpico en un Mundial fue el 3 de junio de 1962 en Chile,
en el 4-4 entre Colombia y la Unión Soviética de Lev Yashin, el mejor arquero
del mundo en ese momento. Onzari creo un hito
que él bautizó ese 2 de octubre de 1924, un premio mayúsculo que será
recordado en la eternidad futbolera.
Por Gonzalo García

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