El MUNDO EN TIEMPOS DE REDES SOCIALES

Vivimos pendientes del celular, la computadora, los likes y las notificaciones. Nuestras vidas giran en base a sensaciones virtuales y las relaciones son más ficticias que reales, enterate cuales son las problemáticas de vivir en un mundo tecnológico.



"La crianza de estas últimas generaciones sufrió estrategias fallidas. Les dijeron que eran especiales todo el tiempo, que tendrían todo lo que querían solo por el hecho de desearlo. Pero cuando caen en el mundo "real" al obtener un trabajo se dan cuenta que son comunes a la media, no se diferencian, que su madre no puede conseguirle un ascenso, que no te dan nada por llegar último y no se llega al éxito solo por quererlo. Su autoimagen del mundo se rompe en mil pedazos en un instante. Por este motivo tenemos una generación que nace con un autoestima más bajo que las anteriores, menos resistentes a las frustraciones y con una crecimiento preocupante de suicidios. Uno de los problemas es la adicción a la tecnología", explica Simon Sinek escritor y motivador inglés.  

Al interactuar con las redes sociales y el celular se libera un químico llamado dopamina, lo que genera que al recibir un mensaje, alguna notificación se sientan mejor. Es por ello que cuentan los likes, que miran diez veces la pantalla para ver que sucede en el mundo virtual-real de cada uno. Esto genera un trauma en los chicos, el ser eliminados de amigos, es uno de los ejemplos, en su pensamiento conseguir una cantidad alta de seguidores es el objetivo y mientras más tengan mejor serán. La dopamina es el químico que hace sentirse mejor al fumar, beber alcohol y al apostar. Es altamente adictivo, hay restricciones para fumar, beber y apostar pero no para manejarse con el celular ni en las redes sociales, lo que es equivalente a abrir una licorería y decirle a los adolescentes agarren lo que quieran.



Tenemos una generación que tiene acceso rápido a un químico adictivo y adormecedor como la dopamina, a través del celular controlan el alto estrés de la adolescencia. Casi todos lo alcohólicos probaron la bebida en su adolescencia. Cuando son pequeños solo necesitan la aprobación de sus padres. Algo muy frustrante para los mayores responsables y muy importante para los chicos ya que los culturiza para que se relacionen en el exterior. Un periodo altamente estresante y muy ansioso de la vida. En esta etapa normalmente se apoyan en los amigos, pero al permitir el acceso ilimitado a estos aparatos y redes productoras de dopamina en el futuro muchos de estos chicos no saben como desarrollar amistades verdaderas, ni relaciones profundas, ni significativas. Muchas de sus amistades son superficiales, en caso de necesitar de alguno seguramente no puedan contar con él o lo cambien por un plan mejor. Lo que sucede es que el cerebro guarda esta información y luego en lugar de acudir a las personas recurren al aparato electrónico, se genera una adicción tan fuerte que buscan aliviar las penas interactuando en el mundo virtual en lugar de solucionarlo naturalmente.



Esas relaciones verdaderas tan importantes no están allí porque nunca practicaron para desarrollar las habilidades necesarias para lograrlo y peor aún no poseen las cualidades necesarias para lidiar con el estrés. Al igual que al alcohólico con la bebida, acudirán a las redes sociales o el celular en lugar que una persona. Recurren a estos aparatos que le brindan un alivio temporal. Estadísticas afirman que la gente que pasa más tiempo en Facebook sufre índices de depresión más altos que los que pasan un menor lapso del tiempo en esa red social. Estas cosas hay que balancearlas, el alcohol no es malo, su ingesta en grandes cantidades si lo es. Apostar es divertido, pero en exceso es peligroso. No hay nada de malo en los celulares y las redes sociales, son una gran herramienta para mantenernos comunicados y para permanecer conectados unos con otros, pero el problema surge cuando dependemos exclusivamente de ello para vivir.



Si estás cenando con amigos y hay uno que manda mensajes a una persona que no esta ahí o coloca su teléfono en la mesa está indirectamente diciendo que ese receptor del mensaje es más importante que los presentes. El hecho de no poder apartarse de este aparato es una adicción y como cualquier exceso es malo. Como toda adicción con el tiempo costará relaciones, dinero, tiempo y hará peor tu vida.

La Impaciencia es otro foco importante. Crecen en un mundo de recompensa inmediata, quieren comprar algo por Internet lo hacen y al día siguiente les llega. Quieren ver una serie de TV, entran a Netflix y lo tienen al instante, ni siquiera tienen que esperar una semana. Los mecanismos sociales de supervivencia fueron casi eliminados y todo se hace más simple, excepto la satisfacción laboral y la fortaleza en las relaciones sociales, que son procesos lentos, complicados y muy cambiantes, hay aplicaciones que solucionan todo. Larguen el celular, disfruten del mundo que cuando las mentes divagan surgen las ideas.  

                                                                                                por Gonzalo García

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