Messi cumple tres décadas y repasamos su comienzo en el fútbol. El rechazo que tuvo en Argentina y la aceptación que tuvo en España. Su apego a Ronaldinho y su paciencia y decisión para llegar a sel el mejor del mundo.
Quien diría que ese chico nacido un 24 de junio de 1987 en Rosario, Santa Fe, de
baja estatura, vergonzoso y sumiso llegaría a ser uno de los principales
exponentes a nivel deportivo en el mundo. En el ámbito del fútbol es el amo y
señor, es el dueño de la perfección y un rompe records constante. Los
terrestres tenemos la suerte de vivir "La era Messi", aquella que marcará
un antes y un después en este deporte que domina la pelota.
En Rosario se forjó su
infancia, por las calles de su barrio se hablaba de un diminuto crack que rompía
redes en todas las canchas, un jovencito imparable que solo podía ser derribado
con patadas. La gente, desde 1994 cuando ingresó a las categorías infantiles de
Newell"s, iba a ver a una leyenda, pero su problema de crecimiento le
impidió continuar en la institución que decidió no costear la medicación de "La
Pulga". En el 2000 probó suerte en River, su talento era imposible de rechazar
pero nuevamente los altos costos de las hormonas de crecimiento expulsaron a
Lio a probar suerte al viejo continente.
El sueño de Messi era jugar
en Argentina pero tanto en Rosario como en Buenos Aires no tuvieron el valor de
mantener a uno de los mejores jugadores de la historia. ¿Cuantos nos perdimos,
no?. Imagínense a Messi tirando paredes en sus comienzos con la banda roja cruzando
su pecho o con la casaca "leprosa", pero esto no pudo ser, su destino
estaba escrito y aunque él no lo sabía era "blaugrana". Aquel club
que lo iba a formar en "La Masia" con un nivel altísimo de perfección.
El equipo de Guardiola no fue
casualidad sino de un trabajo integral de juveniles, dos caminos que
inevitablemente se cruzaron en el momento justo, suerte, puede ser, pero Lionel
fue un obstinado para entrar en la cantera del conjunto catalán. Tuvo que sudar
la gota gorda hasta tener su chance, muchas veces para encontrar el éxito hay
que trabajar hasta el hartazgo y Messi lo tuvo claro. Ahí forjó su actitud, su decisión
de dedicarse al deporte que tanto ama y tanto le brinda día a día. Apenas lo
vieron los directivos "culés" pensaron "Este pibito es el crack
del que tanto nos hablaron", claro su diminuta estatura causaba rechazo,
pero solo bastaba verlo algunos segundos en el campo para observar su magia innata,
su habilidad extraterrestre, su zurda bestial.
Su familia regresó a Buenos Aires pero el quiso quedarse, sabía
que su destino era en Barcelona, Lio encontró su lugar en el mundo, en el
equipo perfecto para formarse. Seguramente si los clubes argentinos no hubieran
sido tan ciegos para rechazarlo por el costo de la medicina Messi no se habría
formado con tal nivel de perfección, algunos obstáculos que te pone la vida
terminan siendo beneficiosos para el futuro. Tres meses de espera fueron lo que
tuvo que aguardar para que en una servilleta se firmara el contrato que lo
catalogaría como futbolista del Barcelona, si leyeron bien, una simple
servilleta de papel selló su camino repleto de títulos en un chico con los
ojos puestos en un solo objetivo, aniquilar al arco rival, sin importar quien
se le cruzara en su camino.
En la cantera "blaugrana"
tomó un nombre rápidamente, al igual que en su Rosario natal sus marcas de
goles por partido eran imposibles de comparar, un argentino hacía desastres en
España y nuevamente su país de origen era el que le fallaba y no lo convocaba a
las categorías menores de la selección. Pero Messi fue paciente, su llamado a
la juvenil "albiceleste" llegó casi de casualidad por un video de
algunas de sus jugadas, Hugo Tocalli lo citó a la selección de sus amores luego
de deleitarse con algunos minutos de fantásticos movimientos.
A pesar de haber sido expulsado
el amor y el cariño por la bandera seguía estando, es por ello que rechazó a
España, el país que le dio todas las oportunidades para triunfar. Claro, en
Argentina comenzó el amor por la redonda, su apego a ella, sus tardes enteras
de duros enfrentamientos en los potreros, es algo que no se cambia fácilmente.
En sus comienzos en el primer
equipo del Barsa fue adoctrinado por Ronaldinho, quien lo guío y fue clave para
su rápida adaptación. El habilidoso enganche brasileño fue el líder que
necesitaba para luego tomar las riendas del equipo con su partida. Con ello llegaron
las consagraciones, las Champions League, las Ligas, las Copas del Rey, Mundiales
de Clubes, los cinco Balones de Oro, entre tantos logros de una lista
interminable.
El resto es historia y aún
tiene mucho más para demostrar, aunque haya roto todos los records. El
horizonte cercano seguirá plagado de títulos, nuevas marcas y esperemos que
pueda obtener su tan ansiada consagración con la Selección Argentina que parece
ser su única mancha de su prodigiosa carrera astronómica. Feliz cumple Lionel y
gracias por hacernos disfrutar y darnos la posibilidad de ver tu magnífico fútbol.
Serás eterno en la retina de todo hincha futbolero que tendrá grabado a fuego
tus goles imposibles.
por Gonzalo García






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