Todos esperamos con ansias a que llegue para ponernos la camiseta que amamos e ir a la cancha, al lugar que consideramos nuestra segunda casa, donde nos sentimos libres, donde todos somos amigos, todos alentamos, para motivar al equipo a ganar. Pero, ¿Qué pasaría si este lugar, que tanto amamos, desapareciera para la construcción de uno nuevo? ¿Cuánto perderíamos? Así, lo están analizando, tanto, Rodolfo D’onofrio (presidente de River Plate) con “El Monumental”, y Daniel Angelici (Presidente de Boca) con “La Bombonera”. Seguramente, los dos estadios con mayor historia de la Argentina. Por un lado, el Antonio Vespucio Libertinaje (estadio de River ), donde fuimos, por primera vez, campeones del mundo en el 78’, vimos brillar a Mario “El Matador” Kempes ante los holandeses, lugar donde se presenció el “abrazo del alma”, donde enamora con su calidad Enzo Francescoli y vio tantas veces a “El Millonario”. Y, por el otro, está el Alberto J. Armando (cancha de Boca juniors) dónde vimos jugar al mejor jugador de la historia, Diego Armando Maradona; vimos la magia de Riquelme y las vueltas olímpicas del “Xeneize”.
Y estos dirigentes, piensan más en lo
económico, en vez, de lo que se perderá: la mística, la esencia y la rica
historia que estos dos coliseos llevan en sus tribunas y el verde césped. No se
comparación, perder gran parte de la historia de nuestro fútbol, por 20 mil butacas
más y tener un estadio nivel europeo. Yo no quiero eso.
Por: Lucas Belén.

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